El sano sustituto del café que triunfa en Mercadona, es antiinflamatorio y casi no se consume en España

La relación de los españoles con el café es tan intensa que, según la Asociación Española del Café (Aecafé), se llega a ingerir una media de más de 500 tazas al año por persona. Este lazo entre la sociedad y sus cafés parece haber hecho olvidar a la prima hermana de esta bebida, una fragante alternativa con numerosos beneficios para la salud: el té. 

Este, aunque por el momento menos popular en el territorio y con cierta aura de misterio, se está abriendo camino entre los gustos nacionales. Y cada vez más aparece como alternativa para la salud, como lo hemos visto en artículos anteriores. 

El té y el café, dos simbólicos protagonistas de nuestras pausas y encuentros diarios, son de las pocas bebidas que pueden considerarse saludables, más allá del agua. Ambos tienen la capacidad de ofrecer un empujón energético para afrontar el día, pero también cuentan con una larga lista de componentes antioxidantes y antiinflamatorios.

En el caso del té, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) destaca que es una bomba antioxidante debido a sus polifenoles. Son estas moléculas las que combaten la oxidación y consiguen desacelerar el avance del envejecimiento, además de prevenir enfermedades vinculadas al corazón.

Además, el té contribuye a mantener en equilibrio los niveles de colesterol. Esto lo logra limitando la absorción de grasa y potenciando su excreción, evitando la formación de coágulos en la sangre.

El té destaca, sobre todo, por su contenido en uno de los antioxidantes más potentes que existen: el galato de epigalocatequina, más conocido por sus siglas EGCG. Este componente es hasta veinte veces más antioxidante que la vitamina E y cien veces más que la vitamina C.

Con frecuencia, se considera al té verde el que posee mayor EGCG. Sin embargo, este antioxidante está presente en prácticamente todos los tés, ya que todos ellos provienen de la misma planta, la Camellia sinensis. Lo que diferencia a cada tipo de té es el proceso de secado, oxidación o fermentación bacteriana que experimentan sus hojas tras ser recolectados.

De entre todos los tipos de té, el más misterioso para la mayoría de españoles es el té blanco. Este se elabora con los nuevos brotes del arbusto de té, que no han sido oxidados. Por ello, al ser la variedad de té que sufre menos procesamiento, es una de las que presentan mayores niveles de antioxidantes, incluso superando a su popular hermano, el té verde.

El té blanco es una de las variantes que desconocían hasta ahora muchos españoles, pero se puede encontrar en su versión más exclusiva, como el Silver Needles, o en su versión asequible y accesible que ofrecen los supermercados.

Los tés, en general, son grandes aliados para mantener un estado de salud óptimo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que si nuestra dieta general no sigue un patrón saludable, el té no podrá obrar milagros. Del mismo modo, tampoco podrá suplir hábitos de vida poco saludables como el tabaquismo, la ausencia de actividad física o un sueño insuficiente. 

Pero, sin lugar a dudas, añadir una taza de té a nuestra dieta diaria puede aportar beneficios adicionales a nuestra salud. Así que vale la pena experimentar en el mundo de las infusiones y descubrir cuál se adapta mejor a nuestros gustos y necesidades.

El té, a pesar de ser una bebida milenaria con una profunda historia en diversas culturas, ha encontrado un camino más lento hacia la popularidad en España. Sin embargo, el creciente interés por estilos de vida saludables y la búsqueda de alternativas con beneficios para la salud ha llevado a un aumento gradual en su consumo.

Los beneficios para la salud asociados con el té son numerosos y significativos. Los antioxidantes presentes en el té han sido el foco de numerosos estudios científicos. Como mencionamos antes, estos compuestos ayudan a combatir la oxidación, reducir el riesgo de enfermedades crónicas, mejorar la salud cardiovascular y potencialmente alentar el proceso de envejecimiento.

La diversidad de tipos de té disponibles, desde el té verde y el té negro hasta opciones menos procesadas como el té blanco, ofrece a los consumidores españoles una amplia gama de sabores, aromas y propiedades saludables. Esta variedad permite adaptar el consumo de té a las preferencias personales y necesidades de salud específicas de cada individuo.

A pesar de sus beneficios y creciente popularidad, el té todavía enfrenta desafíos en España, incluyendo la competencia con el café y la falta de una cultura del té profundamente arraigada. Sin embargo, esto también presenta una oportunidad para educar al público sobre las ventajas del té, fomentar la exploración de nuevas variedades e integrar esta bebida saludable más plenamente en el estilo de vida español.