Estos son los cinco panes más sanos que deberías incorporar a tu dieta diaria según los expertos

El pan, uno de los alimentos fundamentales en la dieta española, está rodeado de mitos y confusiones que a menudo llevan a su demonización o a cambios drásticos en su consumo. Si alguna vez has intentado adelgazar, es probable que hayas considerado eliminar el pan de tu dieta o cambiar el clásico pan blanco por una versión integral, repleta de semillas o elaborada con masa madre. 

Entonces, ¿qué hay de cierto en todo esto?, ¿cuál es realmente el pan más saludable? 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo diario de pan de 250 gramos. No obstante, es importante tener en cuenta que no todos los panes son iguales y su valor nutritivo y calórico puede variar significativamente. Por tanto, la elección del tipo de pan puede depender de tu dieta personal y siempre bajo la guía de un profesional de la nutrición. 

En una entrevista concedida a la revista Business Insider, Jamie Gnau, instructora clínica de ciencias biomédicas en la Universidad Estatal de Missouri, Estados Unidos, detalló cuáles son los cinco tipos de pan más saludables.

Según los estudios liderados por Gnau, el primer pan que deberías considerar para tu consumo diario es el integral. El pan integral es rico en fibra, proteínas, vitaminas del complejo B y E, potasio, folato, hierro y magnesio y no causa picos en los niveles de azúcar en la sangre, a diferencia del pan blanco. 

En segundo lugar, se encuentra el pan de centeno. Este tipo de cereal tiene una composición nutritiva muy similar a la del pan integral, incluyendo hierro, fibra y ácido fólico. Además, gracias a su riqueza en fibra, puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre. 

En tercer lugar, la profesional mencionó el pan de cereales germinados. Estos son panes elaborados con legumbres y granos integrales, donde el proceso de germinación produce una concentración de nutrientes mayor que en el pan integral y no contiene almidón. Son una fuente de proteínas, fibra, zinc, hierro, magnesio, vitamina C y folato. Además, son una opción ideal para aquellos con dificultades para digerir los cereales. 

El cuarto pan más saludable que se menciona es el hecho con la técnica de masa madre. Este último tiene un índice glucémico más bajo que otros tipos de pan y su contenido en nutrientes es ligeramente más alto que el del pan integral. 

Por último, está el pan multicereal. Este puede incluir cebada, avena, lino, trigo integral y trigo refinado, pero, al ser cereales refinados, no tienen sus nutrientes naturales. Aunque es mejor que el pan blanco debido a que contiene fibra, es menos nutritivo que los anteriores.

La masa madre se refiere a un método antiguo y natural de fermentación del pan en el que se utiliza una mezcla de agua y harina integral que se deja fermentar durante un tiempo. Durante este proceso, las bacterias y levaduras presentes en la harina consumen los azúcares presentes en la masa, lo que genera dióxido de carbono y hace que la masa suba y adquiera su característica esponjosidad. 

La elaboración de la masa madre requiere de tiempo y dedicación, pues se debe alimentar frecuentemente para mantenerla viva y activa. Pero, una vez desarrollada, se puede utilizar para fermentar el pan continuamente, convirtiéndose así en una fuente natural de levadura y bacterias beneficiosas.

Además, existen varios tipos de masa madre que se diferencian principalmente por el tipo de cereal utilizado en su preparación, lo que aporta distintas características al sabor y la textura del pan final.

Frente a la creencia popular de que la miga de pan engorda más que la corteza, Rafael Llorach, investigador Ramón y Cajal del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia y del campus de la Alimentación de Torribera de la Universidad de Barcelona, asegura que ambas partes contienen las mismas propiedades nutritivas. 

Según el experto, los panaderos introducen en el horno una única masa que luego se tuesta en la superficie y no en el interior, pero que su contenido en proteínas, vitaminas, minerales y fibra es el mismo. Así, la percepción de que la miga favorece la obesidad es sólo un asunto psicológico.