Un postre habitual de los españoles es el yogur, producto ampliamente consumido gracias a sus numerosos beneficios para la salud y su variedad de sabores. Sus texturas permiten comerlo de distintas maneras y agregar el topping que deseemos, convirtiéndolo en un alimento versátil y que nunca aburre.
Sin embargo, al elegir un yogur hay que tomar ciertas precauciones, ya que -según los expertos- no todos son igual de beneficiosos. A continuación te contamos cuáles son los efectos de su consumo en los distintos órganos de nuestro cuerpo y, en particular, en los riñones.

El yogur y su relación con los riñones

Los especialistas en salud de España resaltan que, siendo un alimento rico en calcio, vitamina D y probióticos, el yogur contribuye de manera notable al correcto funcionamiento y la limpieza de los riñones, siempre y cuando se consuma de su forma más pura, es decir, yogur elaborado de forma casera y consumido en dos porciones a lo largo de la jornada. 
En este sentido, los productos caseros -de nuevo- superan en beneficios para la salud a los productos procesados y comercializados de los supermercados. Sin embargo y en última instancia, el yogur, en cualquiera de sus formas, puede formar parte de una dieta saludable y equilibrada, ideal tanto para los que buscan perder peso como para los que desean mantener un estilo de vida saludable. 
Si no dispones de tiempo para prepararlo, el yogur natural, sin azúcares ni conservantes añadidos, es la mejor opción en la tienda.

Beneficios del yogur natural para la salud

El yogur natural, obtenido a partir de la fermentación de la leche por las bacterias Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus, aporta beneficios significativos para la salud. Además de tener un sabor y una textura distintos a la leche de vaca, la fermentación lo convierte en un alimento de fácil digestión.
Entre sus principales beneficios destacan:

Regula la flora intestinal

Los probióticos presentes en el yogur natural ayudan a equilibrar la flora intestinal, previniendo la aparición de diversos trastornos inflamatorios e infecciones gastrointestinales. Estas bacterias fortalecen nuestro sistema inmunológico.

Previene la diarrea

El yogur natural puede ser de gran ayuda en casos de diarrea infecciosa aguda, así como para prevenir la diarrea asociada a la toma de probióticos en niños y adultos.

Reduce el colesterol en sangre

Investigaciones recientes han confirmado que el yogur natural ayuda a disminuir los niveles de colesterol en la sangre al reducir su absorción en el intestino y promover la eliminación del colesterol acumulado en las arterias. 
Esta cualidad reduce también el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Mejora la salud digestiva

Gracias a ciertos ácidos naturales que regulan la producción de jugos ácidos y a los cultivos vivos que combaten las infecciones estomacales provocadas por la bacteria H. Pylori, el yogur se convierte en un aliado para combatir problemas digestivos, como las úlceras y la gastritis.

Combate las alergias y fortalece la salud ósea

Los minerales y vitaminas presentes en el yogur natural, sumados a sus probióticos, fortalecen la respuesta inmunológica del cuerpo contra las partículas y agentes que causan alergias; reducen la inflamación y ayudan a controlar las alergias. Además, contribuyen a la salud ósea, protegiéndola y fortaleciéndola y disminuyen el riesgo de desgaste prematuro y la pérdida de densidad ósea.

El yogur en la dieta

Introducir el yogur natural en la dieta puede ser un desafío, en especial para aquellos acostumbrados a consumir yogur con azúcar, por su sabor más ácido y menos dulce. No obstante, su versatilidad en la cocina es un punto a su favor y puede ser un complemento en distintos platos.
Comer yogur es posible tanto en el desayuno y la merienda; al momento del postre en el almuerzo y la cena, como también en la preparación de una comida principal. 
Ahora bien, si te estás preguntando cuánto yogur puedes consumir a diario, debes saber que la respuesta variará dependiendo de la cantidad de lácteos consumidos durante el día. No obstante, en general, la cantidad recomendada de lácteos oscila entre 2 a 4 raciones diarias dependiendo de la edad y la situación fisiológica de cada individuo.

Cómo hacer yogur natural en casa para obtener todos los beneficios

Si con la información anterior tomaste la decisión de preparar yogur natural, para huir de los preparados comerciaes y no sabes cómo hacerlo, aquí te compartimos el paso a paso. 

Ingredientes 

Antes de comenzar, asegúrate de tener todos los ingredientes necesarios. Sólo necesitarás:
  • 1 litro de leche (puede ser entera, semidesnatada o desnatada, según tu preferencia).
  • 2 cucharadas de yogur natural (asegúrate de que contenga cultivos vivos activos).

Preparación inicial

Calienta la leche: pon a calentar la leche en una olla a fuego medio. Debes calentarla hasta que casi llegue al punto de ebullición, aproximadamente a 85°C. Esto ayudará a esterilizar la leche y prepararla para el cultivo de los probióticos.
Enfría la leche: una vez que la leche haya alcanzado la temperatura deseada, retírala del fuego y déjala enfriar hasta que alcance unos 45°C. Puedes acelerar este proceso colocando la olla en un baño de agua fría.

Añadir el yogur

Incorpora el yogur natural: cuando la leche se haya enfriado a la temperatura indicada, añade las dos cucharadas de yogur natural y mezcla bien. Es crucial que la leche no esté demasiado caliente para no matar los cultivos vivos del yogur que vas a añadir.

Fermentación

Cubre y conserva el calor: vierte la mezcla en un recipiente que puedas tapar. Para mantener la mezcla a una temperatura constante (alrededor de 45°C) durante la fermentación, puedes envolver el recipiente en una toalla gruesa o colocarlo en un lugar cálido, como el horno con la luz encendida (sin precalentar el horno).
Tiempo de fermentación: deja que la mezcla fermente entre 8 a 12 horas. La duración dependerá de la temperatura ambiente y de cuán ácido te guste el yogur. A mayor tiempo de fermentación, más ácido será el sabor.

Enfriamiento y conservación

Refrigera el yogur: después de la fermentación, coloca el yogur en el refrigerador. Deja que se enfríe durante al menos 2 horas antes de consumirlo. Esto ayudará a que el yogur se asiente y adquiera una textura más firme.

Personalización y disfrute

Personaliza tu yogur: una vez hecho, puedes añadir frutas, miel o cereales para darle un toque personal a tu yogur natural.

Reutiliza tu yogur como cultivo

Guarda un poco para tu próxima tanda: no olvides guardar unas cucharadas de tu yogur para usarlo como iniciador para tu próxima tanda de yogur natural en casa.

Recuerda

Hacer yogur natural en casa es una excelente manera de controlar los ingredientes de tu dieta y disfrutar de un producto lleno de beneficios para la salud. Este proceso no sólo es simple y económico, sino que también te permite personalizar el sabor y la textura de tu yogur según tus preferencias.

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