En la sociedad es común observar una variedad de cuerpos que, aunque diversos, suelen cumplir con características similares. Este patrón se debe a la existencia de los somatotipos, una clasificación popular ideada por el psicólogo William Herbert Sheldon en la década de los '40 y '50 del siglo pasado que tiene que ver con la morfología del cuerpo humano y sus variaciones.
Este conocido psicólogo estableció en su definición tres somatotipos puros: ectomorfo, mesomorfo y endomorfo y distinguió a cada uno con sus propias particularidades. Según esta clasificación, cada persona encaja en un tipo particular de cuerpo y esto podría explicarnos por qué a algunas personas les cuesta más trabajo adquirir peso, mientras que a otras les cuesta más eliminar la adiposidad acumulada.

Un vistazo por los somatotipos

En primer lugar, encontramos a los ectomorfos. Este tipo de cuerpo es el que caracteriza a las personas delgadas, con poca grasa almacenada y dificultades para ganar músculo. A menudo, son altas, con extremidades largas y delgadas y pueden necesitar de dietas para aumentar de peso. 
Ejemplos de este tipo de somatotipo serían modelos altas, como Gisele Bundchen.
El segundo tipo de cuerpo es el mesomorfo. Quienes encajan en este perfil son individuos con bajos niveles de grasa, una cintura estrecha y hombros anchos. A diferencia de los ectomorfos, los mesomorfos pueden ganar músculo con facilidad y tienen el potencial de desarrollar una elevada masa muscular
Puedes darte una idea de mesomorfos mirando el cuerpo de actores como Chris Hemsworth o Jessica Biel.
Por último, el somatotipo endomorfo engloba a aquellos que tienden a acumular grasa y presentan una estructura ósea en grandes proporciones. Este somatotipo suele tener una cintura bastante ancha y es más propenso al sobrepeso. De aquí la importancia de una alimentación equilibrada y ejercicio físico para mantenerse saludable.

¿Es posible cambiar nuestro somatotipo?

Si bien la genética es un factor influyente, las decisiones de estilo de vida también pueden tener un impacto considerable en la manifestación de estos patrones genéticos. Factores como la dieta, el ejercicio físico y el estilo de vida en general pueden "moldear", hasta cierto punto, nuestra apariencia física.
Por ejemplo, un enfoque equilibrado en practicar tanto ejercicios de resistencia como cardiovasculares puede ayudar a quemar grasa o a desarrollar músculo. Por su parte, una alimentación equilibrada y adecuada puede influir en la ganancia o pérdida de peso. Y los hábitos de vida, tales como los patrones de sueño y la gestión del estrés, pueden contribuir a un mejor equilibrio hormonal y a una composición corporal más saludable.

La influencia de los somatotipos en España

La clasificación de Sheldon sobre los somatotipos influye significativamente en las prácticas de salud y fitness en España, guiando a profesionales y aficionados hacia enfoques personalizados de ejercicio y nutrición. Así podrás ver cómo, al ajustar las recomendaciones de dieta y actividad física a los diferentes somatotipos, muchos de estos profesionales logran maximizar la efectividad de estos programas, mejorando así la calidad de vida de las personas.
Además, fomentar la educación y la conciencia sobre los somatotipos puede empoderar a los individuos a tomar decisiones más informadas sobre su salud y estilo de vida, lo que incluye desmitificar conceptos anticuados y promover un entendimiento basado en la ciencia moderna y las prácticas saludables adaptadas a cada tipo de cuerpo.

Los tipos de cuerpo del siglo XXI desde nuevas perspectivas científicas

La ciencia de la salud y la fisiología han evolucionado significativamente desde los días de William Herbert Sheldon y su clasificación de los somatotipos. En la contemporaneidad, los científicos y expertos en salud han ampliado nuestra comprensión de los tipos de cuerpo, incorporando nuevas investigaciones que consideran la genética, el metabolismo y los estilos de vida como factores clave en la morfología corporal. 
Los avances en la genética y la biología molecular han revelado que la clasificación en ectomorfo, mesomorfo y endomorfo es demasiado simplista. Tras ello, los investigadores han entendido que no pueden cerrarse a una definición ya que los genes juegan un papel crucial en determinar la distribución de la grasa corporal, la masa muscular y el metabolismo de una persona. Además, han descubierto que el metabolismo puede variar enormemente entre individuos, afectando cómo el cuerpo procesa los alimentos y gasta energía.

El impacto del estilo de vida en la morfología corporal

El estilo de vida es otro factor determinante en la morfología corporal que los científicos de este siglo enfatizan. La nutrición, la actividad física, el sueño y la gestión del estrés tienen impactos profundos en la forma de nuestro cuerpo. 
Estos elementos pueden modificar significativamente cómo se almacena grasa, se desarrolla músculo y se mantiene la salud metabólica, independientemente de los somatotipos originales.
En este marco, la tendencia hacia la personalización en la salud y el fitness es quizás el cambio más significativo impulsado por la nueva ciencia. Los programas de ejercicio y las dietas tampoco se basan en una clasificación única, sino que se adaptan a las necesidades individuales, considerando la genética, los objetivos de salud y las preferencias personales

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