La Comunidad de Madrid ha emitido una alerta a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) sobre la posible contaminación por fragmentos de plástico en las barritas de chocolate Milka Oreo, según ha informado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Este aviso afecta específicamente a los productos de la marca Milka con fecha de caducidad del 01/08/2024.
Ante esta situación, se aconseja encarecidamente a los consumidores que posean este producto en sus hogares que se abstengan de consumirlo como medida de precaución. La alerta se originó tras una notificación de las autoridades sanitarias madrileñas, destacando la importancia de la seguridad alimentaria y la protección del consumidor.
La detección de este problema proviene de los controles de calidad internos de la empresa, que ha procedido a informar a las autoridades competentes para garantizar que los alimentos no seguros sean retirados del mercado, cumpliendo así con la normativa vigente.
Para más información sobre esta retirada preventiva, los consumidores pueden visitar el enlace proporcionado por la empresa: Mondelez International retira un lote de la barrita Milka 37g Oreo Choco.
Los detalles específicos del producto afectado son:
  • Nombre del producto: Barrita MILKA OREO
  • Marca: Milka
  • Número de lote: OSK0934422
  • Código de barras: 7622210718693
  • Fecha de caducidad: 01/08/2024
  • Peso: 37 g
  • Condiciones de almacenamiento: Temperatura ambiente
La distribución de este producto ha alcanzado a todo el territorio nacional, y las autoridades de las comunidades autónomas han sido informadas para asegurar la retirada de los productos implicados de los puntos de venta.
Se reitera la recomendación a los consumidores con productos afectados por esta alerta en su poder, de no consumirlos y seguir las instrucciones proporcionadas por las autoridades sanitarias y la empresa.
 

¿Qué es una alerta alimentaria de la AESAN?

Una alerta alimentaria de la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) es una notificación oficial emitida cuando se identifica un riesgo potencial para la salud pública derivado del consumo de un alimento o producto alimentario. Estas alertas son parte de un sistema de vigilancia y respuesta rápida para proteger a los consumidores. La AESAN, como organismo responsable en España, actúa en coordinación con otras autoridades sanitarias a nivel regional, nacional e internacional, para identificar, evaluar y gestionar riesgos asociados a los alimentos y piensos.

Proceso de Detección y Notificación: 

El proceso comienza cuando se detecta un problema en un producto alimentario, ya sea por controles rutinarios, autocontroles de las empresas, notificaciones de otros países, o informes de consumidores o profesionales de la salud. 
Una vez identificado el riesgo, se activa un protocolo que incluye la evaluación del peligro, la trazabilidad del producto y la determinación de las medidas a adoptar. La AESAN, utilizando el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), se encarga de distribuir la información relevante a las autoridades competentes en las comunidades autónomas y, si es necesario, a nivel europeo a través del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF).

Tipos de Riesgos y Medidas

Los riesgos que pueden desencadenar una alerta alimentaria incluyen contaminación química, biológica (como bacterias patógenas), presencia de cuerpos extraños (como fragmentos de vidrio o plástico), o etiquetado incorrecto que pueda ocasionar alergias. Dependiendo de la gravedad y el alcance del riesgo, las medidas pueden variar desde la retirada del producto del mercado, pasando por la emisión de recomendaciones de no consumo hasta la realización de campañas informativas para alertar al público.
Las alertas alimentarias son una herramienta crucial en la protección de la salud pública. Permiten reaccionar de manera rápida y eficaz ante riesgos alimentarios, minimizando así la exposición de los consumidores a productos peligrosos. 
Además, estas alertas ayudan a mantener la confianza en el sistema de seguridad alimentaria, asegurando que los alimentos que llegan al consumidor son seguros y de calidad. La transparencia y la comunicación efectiva son elementos clave en la gestión de estas alertas para garantizar la protección y el bienestar de los consumidores.

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