Estados Unidos ha dado un paso histórico en la expansión territorial, redefiniendo los límites de su plataforma continental y ganando un millón de kilómetros cuadrados de territorio (más del doble del tamaño de España). Esta expansión, diferente a las tradicionales anexiones de tierra, implica una redefinición de los límites de la plataforma continental que ha sido llevada a cabo por el Departamento de Estado norteamericano.

El proceso científico y legal detrás de la expansión

El proceso para expandir la plataforma continental de Estados Unidos se inició en 2003, fruto de un esfuerzo colaborativo entre diversos departamentos gubernamentales, incluyendo el Departamento de Estado, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), y el Servicio Geológico de EEUU. Su misión era recabar datos geológicos para determinar los límites exteriores de la plataforma continental. 
Este proyecto culminó en diciembre de 2023, cuando se revelaron las nuevas fronteras que amplían significativamente el territorio estadounidense.

Cómo afecta la expansión a la geopolítica mundial

La adición de territorio mediante la expansión de la plataforma continental no es solo una cuestión de aumentar la extensión en kilómetros cuadrados de los Estados Unidos. Este cambio también se traduce en un incremento de la influencia política y económica de la nación a nivel global. Es un mensaje claro al resto de países, mostrando el liderazgo de Estados Unidos en la gestión de los recursos marítimos y su compromiso con el ordenamiento del espacio marítimo. 
Su beneficio no se limita a la extracción de recursos, sino que también habilita al país americano para implementar de forma más efectiva medidas de protección del medio ambiente en estas nuevas áreas.

La expansión territorial y su influencia en los acuerdos internacionales

Las implicaciones legales de la expansión territorial se manifiestan en la cooperación internacional. Países de todo el mundo han colaborado en la investigación y recopilación de datos, compartiendo recursos y conocimientos. 
La redefinición de los límites marítimos de Estados Unidos se ha hecho de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que permite a las naciones gestionar y aprovechar los recursos en áreas extendidas de su plataforma continental.

Relaciones con otras naciones tras la expansión 

No solo los Estados Unidos han sido parte activa en este proceso de expansión territorial. El país norteamericano ha tenido en cuenta a sus vecinos más cercanos. Se ha asegurado que sus reivindicaciones no invadan el espacio marítimo de Rusia, al alinearse con un acuerdo de límites marítimos de 1990 con la potencia euroasiática.
Esta expansión representa una innovación en la forma en que Estados Unidos y otras potencias mundiales pueden manejar sus recursos y reivindicar espacios marítimos. No sería sorprendente considerar que un mayor número de países reevalúen los límites de sus respectivas plataformas continentales, en un intento por expandir su jurisdicción marítima y su capacidad para gestionar los recursos naturales.

Otras anexiones territoriales que marcaron la historia de Estados Unidos

Es fascinante explorar cómo Estados Unidos ha ampliado su territorio a lo largo de la historia mediante anexiones legales. Un ejemplo notable es la compra de Louisiana en 1803, cuando Estados Unidos adquirió aproximadamente 828.000 millas cuadradas de territorio de Francia, duplicando casi el tamaño del país. Esa compra fue un movimiento estratégico que fortaleció significativamente la posición de Estados Unidos en el continente.
Otro momento clave en la expansión territorial de Estados Unidos fue la adquisición de Florida en 1819 mediante el Tratado de Adams-Onís con España. Esta anexión no solo eliminó la presencia española de la frontera sur de Estados Unidos sino que también proporcionó un control crucial sobre las rutas marítimas estratégicas y el acceso al Golfo de México, mejorando la seguridad nacional y el comercio.
La anexión de Texas en 1845 es otro ejemplo más, tras una década de independencia texana. Esta incorporación provocó tensiones que desembocaron en la Guerra México-Estadounidense. Como resultado, en 1848, el Tratado de Guadalupe Hidalgo no solo reconoció Texas como parte de Estados Unidos sino que también cedió California y una vasta región del suroeste americano, enriqueciendo a la nación con recursos naturales y una diversidad cultural significativa.
Finalmente, la compra de Alaska a Rusia en 1867 por 7,2 millones de dólares fue inicialmente ridiculizada como "La locura de Seward", pero resultó ser extraordinariamente ventajosa, ampliando el territorio de Estados Unidos en el noroeste y abriendo caminos hacia ricos recursos naturales

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