Enfrentar la adversidad es un desafío común que se presenta en distintos momentos de la vida. Ya sea en el ámbito personal, laboral o familiar, no todo es color de rosas. Sin embargo, así como no podemos permanecer en un estado de felicidad constante, tampoco podemos hacerlo en la tristeza, el enojo, el miedo o la oscuridad.
En ese sentido, existen algunas herramientas que nos pueden servir como una hoja de ruta para superar los obstáculos emocionales y salir fortalecidos. Por ejemplo, las siguientes meditaciones guiadas realizadas por la psicóloga experta en mindfulness, Belén Colomina, en colaboración con el portal ABC. 
En las sesiones que escucharemos a continuación, seremos orientados a asumir la responsabilidad sobre nuestras respuestas emocionales, a soltar aquello que nos perjudica y a establecer nuevos objetivos que nos motiven. ¡Comencemos!

Asumir la responsabilidad emocional

Antes que nada, veamos a qué se refiere la psicóloga cuando habla de asumir la responsabilidad emocional. Colomina enfatiza que asumir la responsabilidad implica comprometerse con nuestra capacidad de respuesta ante lo que nos ocurre. Significa dejar de ser un agente pasivo de las circunstancias y no quedarse atrapado en el drama de lo que la vida nos presenta. 
En términos específicos, se trata de ampliar nuestra consciencia y entrenarnos para regular nuestros estados emocionales. ¿Cómo hacerlo? Aprendiendo a detectar las aflicciones que nos dominan y atenderlas de forma sana, discerniendo lo que es funcional, constructivo y armónico para nosotros.

Estrategias de liberación y crecimiento

La clave está en aprender a dejar ir, en no aferrarnos a lo que nos daña y saber que tenemos la capacidad de construir nuevas rutas, decisiones y respuestas más saludables. 

Meditaciones

Ahora sí, emprendamos el camino de recomposición ante la adversidad al que nos invita la especialista:
El primer paso consiste en romper el ciclo del enfado. Cuando algo nos disgusta, nos daña o nos frustra, experimentamos una sensación de malestar. Sin embargo, en lugar de permitir que ese malestar se diluya, muchas veces lo perpetuamos enroscándonos en un bucle de pensamientos negativos. 
Esto inevitablemente tensa nuestro cuerpo y permite que el residuo del malestar permanezca en nosotros.
En esta meditación, aprendemos a identificar las necesidades insatisfechas que subyacen al enfado y a soltar las tensiones corporales para desactivarlo. Al tomar consciencia de lo que realmente necesitamos y liberar la carga física, podemos salir del bucle destructivo y encontrar una respuesta más equilibrada.
El segundo paso implica identificar y soltar aquello que ya no es funcional ni deseado en nuestra vida. Puede tratarse de hábitos; situaciones inconclusas que seguimos rumiando o relaciones que ya no nos satisfacen. Reconocer todo aquello que nos carga y que no tiene la funcionalidad deseada para nuestro presente es tan importante como aprender a dejarlo ir.
El tercer paso consiste en establecer nuevos objetivos que nos motiven y orienten. A veces imaginamos que nuestros sueños se cumplirán solos con el paso del tiempo, pero la realidad es que cada meta requiere un tiempo para contemplarla, definirla, atemporalizarla y trabajarla.

Mindfulness y motivación

En resumen, estas tres meditaciones guiadas por la psicóloga Belén Colomina nos sirven como herramientas poderosas para enfrentar la adversidad y salir fortalecidos. Al aprender a salir del bucle del enfado, soltar lastre emocional y establecer nuevos objetivos motivadores, podemos asumir la responsabilidad sobre nuestro bienestar y crear un camino más consciente y satisfactorio. 
Con la práctica constante del mindfulness y la claridad de propósito, estamos mejor equipados para afrontar los desafíos de la vida con resiliencia y sabiduría.

Herramientas adicionales para enfrentar las adversidades

Otras herramientas y recursos que pueden ser extremadamente útiles para superar periodos de adversidad y fomentar el bienestar emocional son:

Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es una forma efectiva de psicoterapia que ayuda a las personas a identificar y desafiar pensamientos negativos automáticos que pueden causar o exacerbear emociones negativas, trastornos de ansiedad y depresión. 
A través de la TCC, se pueden desarrollar estrategias para modificar patrones de pensamiento y comportamiento dañinos, lo que facilita una mejor gestión de las respuestas emocionales y conductuales a situaciones adversas.

Técnicas de relajación y manejo del estrés

Las técnicas de relajación y manejo del estrés, como la respiración diafragmática, la meditación y el yoga, pueden ser herramientas poderosas para reducir la tensión física y emocional. 
Practicar estas técnicas regularmente ayuda a disminuir los niveles de estrés, mejorar la concentración y promover un estado de calma, lo cual es esencial para enfrentar eficazmente los desafíos de la vida.

Actividad física regular

La actividad física regular no sólo beneficia la salud física sino también la mental. El ejercicio libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que pueden mejorar el estado de ánimo y disminuir los sentimientos de ansiedad y depresión. 
Actividades como caminar, correr, nadar o cualquier forma de ejercicio que disfrutes pueden ser una excelente manera de combatir el estrés y fomentar el bienestar emocional.

Apoyo social

El apoyo social juega un papel crucial en la superación de adversidades. Hablar con amigos, familiares o unirse a grupos de apoyo puede proporcionar una perspectiva diferente, aliviar la sensación de aislamiento y ofrecer consuelo y comprensión. 
A veces, sólo el hecho de saber que no estás solo en tu lucha puede ser tremendamente reconfortante.

Autocompasión

Practicar la autocompasión implica tratarse a uno mismo con la misma amabilidad, preocupación y apoyo que ofreceríamos a un buen amigo que está sufriendo. Esta herramienta es fundamental para mantener una relación saludable con uno mismo, especialmente en tiempos de dificultad. 
La autocompasión nos enseña a ser más resilientes, permitiéndonos reconocer nuestros errores y dificultades sin juzgarnos duramente.

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